21 Ago La última clase 1 – Conseguir clientes
Cuando yo daba clases de subtitulación, mi sesión favorita era la última. Justo antes de despedirme de los alumnos hablábamos de «cuestiones laborales», que es un eufemismo muy mono para decir que comentábamos tarifas, hablábamos de clientes y discutíamos sobre vacaciones. Era la clase más chula porque ahí sí que tenía toda la atención de los alumnos, no había nadie charlando por Whatsapp o consultando Twitter. Los alumnos necesitaban esa información y yo sabía que también iba a aprender algo nuevo con sus preguntas y sus observaciones. Era una unidad mágica, porque ya no éramos la profe y los alumnos, sino un grupo de colegas compartiendo trucos.
Como ahora ya no doy clase, pero sigo conociendo a un montón de traductores principiantes, he pensado que quizá sería buena idea recuperar algunos de los temas que tocábamos en esa última sesión y compartirlos en forma de posts para uso y disfrute de… quien quiera darles uso y disfrutarlos. Pero dejadme antes que haga un aviso… Todo lo que voy a contar se basa únicamente en mi experiencia. No he hecho ningún estudio sesudo sobre nada y no conozco a todos los clientes que hay por ahí. Las experiencias de otros traductores pueden ser totalmente diferentes a las mías y puede haber maneras muy diferentes de enfrentarse a la profesión que sean mejores que las mías. Yo soy una persona introvertida y tímida, así que nunca os voy a recomendar que vayáis en persona, ni que fardéis, ni que abordéis a la gente de ninguna otra manera porque… bueno, porque no sé hacerlo 🙂 Así que tened claro que lo que os cuento es lo que yo he visto, lo que yo he hecho y lo que me han contado mis compañeros en los 18 años que llevo dedicándome a la TAV.
Hey, ho, let’s go!
Pues voy a empezar como empezaba mis clases: Tengo mi título, ¿dónde encuentro clientes?
No hay fórmulas mágicas, ojalá, pero las empresas suelen trabajar de dos maneras.
MANERA 1. Soy una empresa previsora (principalmente grandes grupos o empresas extranjeras) y parece que en un futuro voy a tener mucho trabajo con la combinación de idiomas X. Voy a abrir un proceso de selección, con pruebas, para tener una buena reserva de traductores y no morir cuando tenga un pico de trabajo.
No es lo más habitual, pero esto pasa. Pueden ser casos sonados, como las pruebas que hizo Netflix en su día, o puede ser una cosa más interna, que encontréis en la página web de la empresa cuando estéis buscando trabajo (haciendo una búsqueda en Google, amigos, como hemos hecho todos. Recordad también que algunas plataformas de VOD tienen listas de proveedores y por ahí podéis empezar a investigar).
Haced todas las pruebas que encontréis. Presentaos a todos los procesos de selección posibles. Esta manera de encontrar trabajo es muy lenta, pero al cabo de unos meses empieza a dar frutos. Si pasáis la prueba, os escribirán para decíroslo y os meterán en una lista de traductores a la que solo accederán cuando tengan trabajo. Podéis ir enviando un recordatorio cada cierto tiempo, un correo preguntando qué tal va todo y diciendo que tenéis muchas ganas de empezar a colaborar. Pero paciencia, que estas empresas empiezan a dar trabajo pasado algún tiempo.
¿Qué pasa si no pasáis la prueba? Nada. No tiene nada que ver con vuestra calidad como traductores. Hay una empresa que tiene una prueba que me parece muy absurda. He intentado pasarla dos o tres veces y no hay manera. Qué le vamos a hacer.
Pero si es de esas pruebas que la empresa se queda y valora y estáis seguros de que os fue bien, preguntad. Colaboré mucho tiempo con una empresa muy buena cuya prueba no pasé. Cuando me lo dijeron, me extrañó muchísimo, porque me había ido genial y me había parecido muy fácil. Así que les di las gracias amablemente y les pedí que me dieran un poco de feedback, puesto que me parecía que la había hecho bien y no entendía qué había podido fallar. Se volvieron a mirar mi prueba y me escribieron para decirme que estaba muy bien y que podíamos empezar a colaborar. Son empresas enormes y, a veces, no pueden dedicar tanto tiempo como les gustaría a cosas como la selección.
La única pega que tienen este tipo de empresas es que el trabajo no suele ser constante. Dimensionan su lista de trabajadores para los momentos de máximo trabajo, así que, en general, suele haber mucha competencia y envían relativamente poco trabajo. Eso sí, suelen ser fiables, pagar a tiempo y no dar muchos problemas. Ya hablaremos más de esto.
MANERA 2. ¡Tengo un marrón! ¡Tengo un marrón! Tengo a todos mis traductores ocupados/de vacaciones y nadie puede hacer esto. O bien tengo una combinación de idiomas que no había tocado nunca y no conozco a ningún traductor. O bien tengo un trabajo muy raro que no sé cómo hacer y necesito alguien que me eche una mano. Paula, ¿conoces a alguien que…?
Esta es una manera muy habitual de trabajar, especialmente en empresas pequeñas o locales. Esta misma semana me ha pasado con un cliente, que buscaba a alguien que hiciera audiodescripción y me preguntó si yo hacía. Y yo aproveché para decir que no, pero que conozco a todas estas personas que sí que saben y lo hacen muy bien.
Igual que nosotros les preguntamos a nuestros amigos si conocen un buen pintor, un buen fontanero o un buen abogado, nuestros clientes nos preguntan si conocemos un buen traductor de coreano, un buen subtitulador para sordos o alguien experto en rap para traducir una serie complicada.
Por eso yo les insistía a mis alumnos que las personas más importantes de su carrera como traductores eran las que estaban en el aula con ellos. De hecho, yo hice el mismo máster que hacían mis alumnos. Tenía un grupo de amigas y sabía perfectamente cuáles eran sus lenguas de trabajo. Así que cuando la empresa de subtítulos más molona de España tuvo que encontrar un traductor de noruego, yo le mandé la información a mi amiga Txell y ella escribió y se quedó con el trabajo. Y luego le empezaron a dar otras películas del inglés y entró en la lista de traductores habituales de esa empresa. Unos meses más tarde necesitaron un traductor de italiano y Txell dio mi nombre. Y pasé a formar parte de los colaboradores habituales de esa empresa.
De hecho, diría que el 80 % de mis clientes son clientes gracias a recomendaciones de compañeros traductores. Y, cuando una empresa me escribe y me pregunta: «¿Tú hacías japonés?», yo respondo rauda y veloz que no, pero que conozco a Fulanita y a Menganita que sí que hacen. E incluyo teléfono y correo electrónico.
¿Por qué? Por un lado porque así la empresa sabe que puede confiar en mí, que conozco gente y que les puedo recomendar… les ayudo a solucionar un marrón. Por otro lado, porque les echo un cable a mis compañeros y gano puntos de karma. Es más fácil que un compañero se acuerde de mí a la hora de hacer una recomendación si yo lo he recomendado antes. Bueno, y porque soy majísima, pero, vamos, cuento con que eso ya lo llevamos todos de serie.
De hecho, a veces los alumnos pedían recomendaciones a los profes para sus perfiles de LinkedIn y cosas así. Y yo les decía que quizá sería mejor que fueran ellos los que recomendaran el trabajo de los profesores que les habían gustado particularmente. Que tenemos mucha tendencia a pedir y poca a dar. Es más fácil que cualquier profe o compañero se acuerde de ti si haces algo bueno sin esperar nada a cambio que si le pides directamente que te haga un favor. Ya, ya, es el momento abrazaárboles del post, pero ser buena gente compensa. Personalmente, claro, porque sienta bien echarle una mano a alguien, pero también profesionalmente, porque todos queremos trabajar con buena gente.
Socializad
Por eso, mi consejo más importante para conseguir trabajo es: socializad. Hablad con otros traductores, echad una mano cuando podáis. No forzadamente, claro. No se trata de echar una mano esperando que luego os recomienden, os den trabajo y os presenten a los jefes de todos los estudios. De lo que se trata es de crear una red de colaboradores que se acuerden espontáneamente de ti cuando vean una oferta que te puede ir bien. O que hagan una búsqueda rápida en el buscador de ATRAE y al ver tu nombre piensen que te quieren recomendar.
¿Cómo se socializa? Pues ahora, en medio de la pandemia, está un poco más complicado. Pero las actividades de ATRAE son un buen sitio. Twitter es un buen sitio. Las quedadas virtuales para tomar café. Si no hay nada, ¿por qué no lo organizáis vosotros?
Y ya el consejo de abuela cebolleta: no os obsesionéis con los grandes nombres de la traducción. Mola mucho conocer a vuestros ídolos traductores (lo sé de primera mano, porque conozco a Lucía Rodríguez y la adoro a la par que la idolatro) pero eso va a tener un impacto muy limitado en vuestra carrera traductoril. La gente que lleva tantos años en esto conoce a un montón de gente y le va a costar más acordarse de vosotros. Hablad con vuestros compañeros, con la gente de vuestra edad, con la gente con la que os lleváis bien naturalmente. No os obliguéis a conocer a los traductores «más importantes». Haced amigos. Compartid cosas. Como si estuvierais en una oficina normal. La nuestra es virtual y estamos ahí todos los que nos dedicamos a esto, pero, como siempre, habrá quien os caiga mejor y quien no os caiga tan bien. Buscad a la gente con la que os lleváis bien y echaos una mano entre todos.
Compartid lo que sabéis hacer para que la gente sepa que puede recurrir a vosotros. Todos los años recibo unas cinco consultas sobre costura, punto o labores del hogar, porque yo me tejo y me coso mi ropa. Así que, cuando algún amigo traductor se encuentra una frase que no entiende y que tiene relación con eso, me llama o me escribe para preguntar. Y me encanta. Sé que, si alguna vez hay un reality show sobre tejedores, tengo números de que mis compañeros se acuerden de mí 🙂 Ayudad a vuestros amigos con lo que vosotros sabéis, es la manera más fácil y rápida de que se acuerden de vosotros.
Mientras tanto, comed
Hay una especie de presión e impaciencia que hace que la gente que sale de la carrera o el máster piense que es un fracaso no estar traduciendo cine al cabo de seis meses de terminar los estudios. Queridos… se tarda años en dedicarse a esto en exclusiva. Años. Nadie va a ir a buscaros a la universidad para ofreceros una serie. No funciona así.
Lo primero que tenéis que hacer es quitaros eso de la cabeza. Me da mucha pena ver a la gente sintiéndose fracasada por no poder dedicarse a esto enseguida pero conozco muy poca gente que termine los estudios y se ponga a trabajar. En casi todos los sectores.
Hay que ir picando piedra, sembrando, buscando clientes y haciendo pruebas. No hay más. Quizá al principio encuentres algún cliente cutre que te paga dos duros y tiene productos horrendos. Quizá tengas que traducir manuales al mismo tiempo. Quizá tengas que ser profe de inglés unos meses o unos años. Las cosas son así, no hay más.
Yo fui profe de inglés durante toda la carrera. Después pasé a un trabajo como responsable de una comunidad virtual de estudiantes de inglés. Trabajé como subtituladora en plantilla un tiempo, a media jornada, mientras traducía para una empresa muy cutre series horribles y, de vez en cuando, porno. Durante mis primeros años de autónoma, me dieron de comer la redacción de materiales para la enseñanza del inglés, la traducción de manuales de lectores de billetes y la revisión de los materiales de marketing de una empresa de puertas. Yo sabía que quería dedicarme al audiovisual, pero la cosa fue más lenta de lo que me habría gustado. Y no pasó nada.
Podéis hacer mil cosas sin perder de vista el objetivo final. Y, de hecho, podéis seguir haciendo mil cosas una vez tengáis trabajo de TAV, porque nunca se sabe cuándo llegarán las vacas flacas en determinados sectores.
No desesperéis. No penséis que no vais a trabajar nunca, no os fustiguéis. Tener trabajo regularmente y que los clientes te conozcan lleva su tiempo. Como en cualquier otra profesión. Todos tenemos muchos años precarios y complicados antes de dedicarnos, por fin, a lo que nos gusta. Ánimo. Vais por buen camino, solo hay que intentar no desfallecer.
Pensad que el sector va bien en este momento y hay trabajo. Tenéis muchas más oportunidades de las que tuvimos muchos cuando empezamos, cuando no había VOD ni tantísimas plataformas como hay ahora. Es un buen momento para el sector y vais a ir encontrando trabajo. Mucho ánimo.
Lo dejo por aquí por hoy. Me da un poco de pena pensar que, a lo mejor, no eran los consejos que queríais… pero es que no hay fórmulas mágicas. Muchas veces es cuestión de suerte. Pero para ayudar a la suerte, lo mejor que podéis hacer es compartir lo que sabéis con vuestros compañeros y estar dispuestos a echar una mano cuando haga falta. En cuanto tenga un rato me vuelvo a sentar y hablamos de otros temas laborales.
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