Fuckup Friday – Soy una iluminada
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Fuckup Friday – Soy una iluminada

Venga, vamos allá. El de hoy es mi fuckup más sonado. El que me hizo pasarlo peor. El que me costó la vida superar. Y la verdad es que me da un poco de vergüenza comentarlo. Pero, eh, aquí hemos venido a jugar.

Hace unos años, un cliente me mandó un trabajo. Eran unos subtítulos y tenía que hacerlo todo: traducir y localizar. Eran tres pelis, si no me equivoco, y una de ellas era una especie de documental sobre educación. Bastante interesante, tengo que admitir, de un buen director. Así que me puse a trabajar, terminé las películas, las entregué, cobré y me olvidé.

Unos meses después, mi cliente me mandó el mensaje de un espectador cagándose en la traducción. Estaba muy cabreado (el espectador). Y señalaba un par de errores de traducción. Errores que, para mi horror absoluto, existían y eran gordos, gordísimos.

Primero, había una corriente educativa que yo no había sabido detectar y que ya tenía una traducción acuñada. No recuerdo exactamente cuál era, pero yo no sabía nada de ella. Y ojo, que no es excusa: debería haber investigado y debería haber encontrado esa traducción. Se me pasó totalmente.

Pero fue el segundo error el que me hizo ponerme pálida, luego roja y avergonzarme para el resto de mis días. Y es que traduje mal «Ilustración». Y no, no porque no supiera lo que era, sino todo lo contrario. Vi «Enlightenment», sonreí, dije: «Claro, claro, lo que estudiamos en historia después del Renacimiento» y lo traduje como «Iluminación». Y me quedé tan ancha. Y no fue solo una vez… el texto estaba plagadito de referencias a la Ilustración y a los pensadores de la época. Lo traduje mal como quince veces.

Y lo peor es que es lo primero que sale en el diccionario. Y que yo lo sabía.

Así que, después de hiperventilar durante media hora sin tener ni idea de qué podía hacer, hice lo único que se me ocurrió: le escribí a mi cliente, le pedí perdón, reconocí los errores y lamenté muchísimo lo ocurrido. Me contestó diciéndome que no me preocupara, que son cosas que pasan y que la gente no es muy agradable cuando escribe los correos para quejarse. Que no era para tanto. (Claro, claro, «no es para tanto», eso lo dices porque no eres tú el que ha escrito chorradas y tiene que vivir hasta el fin de sus días acordándose de eso.)
Pero aprendí algo. Aprendí a ser una tocahuevos y a comprobar siempre todo lo que creo que sé. A mirar cómo se escriben las palabras más chorras, a leer textos de documentación para saber de qué habla mi peli (especialmente si es un docu) y a repasarlo todo muy bien antes de entregar. Aprendí que la confianza y el ir sobrada son mis peores enemigos, que hay que desconfiar un poco por sistema.
Y hasta aquí mi primer #fuckupfriday. No seas duro conmigo.
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