07 Mar Mañana paro
Lo he puesto en la firma de mis correos y en la respuesta automática que saldrá a partir de las 12 de esta noche. Se lo he comentado a mi marido y a mis hijos, porque mañana no me pondré el despertador ni prepararé desayunos, ni vendré corriendo a la mesa del despacho a las siete de la mañana para empezar la jornada laboral. Mañana paro.
Paro por mí y por mi hija, pero también por mi marido y por mis hijos. Paro por mis amigas, mis tías, mis primas. Paro por mi madre, que ha sido una currante toda la vida y que lo saca todo adelante por narices y por pura insistencia.
Paro por mis compañeras de profesión, tan agotadas, cansadas y enfadadas como yo con la precariedad, la brecha salarial y el techo de cristal, que son palabras gastadas y hasta un poco vacías, pero que todas conocemos y sufrimos en jornadas interminables e incertidumbres financieras. Paro por las que van a la huelga y por las que no se lo pueden permitir, por más que lo deseen.
Paro por las mujeres feministas, por las sufragistas, por aquellas a las que señalaron con el dedo y a las que insultaron y acosaron. Paro por todas las mujeres que no pudieron conseguir nunca sus objetivos ni sus sueños y que estuvieron a la sombra y al servicio de otros. Paro por las heridas, las muertas, las aterradas y las desesperanzadas de todo el mundo y de toda la historia.
Pero también paro por otras. Paro por las que dicen que no son feministas porque quieren la igualdad. Por las que proclaman que lo más importante es lo que nos une y no lo que nos separa. Por las que están en contra de la discriminación positiva. Por las que no van a ir a la huelga. Paro por todas esas que consideran que las más machistas somos las mujeres. Por las que me dicen que debería estar agradecida por tener un hombre tan bueno.
Paro por las que consideran que “los hombres son así y no pueden cambiar”, por las que opinan que ser lesbiana es ser una desviada y por las que consideran que si no tienes un hijo no te has realizado como mujer.
Paro por ellas porque les deseo lo mismo que a todas las demás: una vida plena. Una existencia sin miedo, sin desigualdad, sin discriminación. Aunque no piensen como yo ni nunca lleguemos a estar de acuerdo. Les deseo sororidad, comprensión y apoyo. Les deseo relaciones sanas con gente que las quiera de verdad tal y como son; trabajos que aprovechen al máximo su potencial y que las remuneren como se merecen para no depender de nadie y poder vivir la vida como quieran; libertad para elegir su identidad y su rumbo en la vida.
Paro por todas.
No Comments